Introducción
Desde Vitoria-Gasteiz hasta el concejo de Lasarte hay un agradable paseo que se puede realizar andando o en bicicleta. Al llegar, nos topamos con una imponente iglesia que nos anuncia que estamos ante una localidad llena de historia. Lassarte aparece recogida en el documento de la Reja de San Millán (siglo XI) tributando tres rejas, la cantidad máxima que aparece en este escrito. Esto nos indica que, en aquellos lejanos siglos, contaba con una población bastante numerosa y que debía haber importantes familias con capacidad para afrontar tales tributos. A finales del siglo XIII la aldea fue donada por el rey Sancho IV de Castilla a la villa de Vitoria, pero ello no impidió que continuara siendo un emplazamiento de relevancia, ya que por ejemplo la Junta de Caballeros e Infanzones tenía su sede en Lasarte. La iglesia, como veremos, cuenta con restos tanto de época románica (siglos XII-XIII) como de época moderna, siendo especialmente relevante la reforma que se llevó a cabo a comienzos del siglo XVI.
El ventanal del apostolado
En uno de los paños del ábside poligonal encontramos uno de los ventanales más ricos y bellos del románico peninsular. Se trata de una obra extraordinaria que, en suelo alavés, sólo encuentra paralelismos con las obras de Armentia. De hecho, existe la sospecha de que este ventanal procede de la basílica armentiense, pues está ejecutado por un taller muy similar al último que trabajó en la colegiata. Como es conocido, debido a la situación de ruina que amenazaba a este templo a finales del XVIII, muchas piezas acabaron dispersas por la provincia. En todo caso, las hipótesis están abiertas y a día de hoy es difícil saber si nos hallamos ante una obra construida para el edificio románico que tuvo Lasarte (y que, a buen seguro, sería de una calidad notable por la importancia histórica que tuvo la aldea) o si ésta se trasladó desde Armentia en épocas y circunstancias desconocidas.
El ventanal está compuesto por cinco arquivoltas decoradas con gran riqueza ornamental. La segunda arquivolta empezando desde el exterior, con la decoración de ovas y abalorios, recuerda el gusto por el mundo clásico tan característico de este taller. Los apóstoles se reparten entre el interior y el exterior del ventanal, quedando seis en cada lado, dispuestos a modo de estatua-columna. No está clara su identificación, ya que portan atributos genéricos y el estado de conservación no es el ideal. En todo caso, el primero desde la izquierda podría ser san Pablo (por la calvicie y el rótulo) y a su lado estaría San Pedro, barbado y con una gran llave en su mano. Hacia el interior, las decoraciones del ventanal están algo más estropeadas, ya que permaneció oculto hasta las últimas restauraciones de 1974 y, cuando se tapió, es fácil imaginar que el gusto por el arte románico había desaparecido y no tuvieron a bien preservarlo de forma íntegra.

Fotografías antiguas
La iglesia fue restaurada en 1974 bajo las órdenes del arquitecto Julio Herrero, momento en el que se llevaron a cabo importantes cambios y descubrimientos. Como puede verse en las fotografías de la colección de Federico Baraibar y Lorenzo Elorza, fechadas a principios del siglo XX, el ventanal del apostolado estaba flanqueado por dos estatuas-columna de gran calidad. En el interior, un retablo neoclásico cubría los ventanales románicos, por lo que en la restauración se decidió eliminarlo por considerarlo de escaso valor artístico. Para lograr un interior más armónico y evitar el deterioro de las figuras, se trasladaron las estatuas-columna al interior de la iglesia. Como ocurre en otros muchos templos, estas fotografías también nos muestran que la portada románica estaba pintada, con capas de cronología incierta, antes de que en las intervenciones más recientes se decidiera despojarla de sus revestimientos históricos.
La iglesia
Exterior
Junto al ventanal del apostolado que hemos comentado en el apartado anterior, en el muro sur podemos ver otro interesante vano también románico. Tiene una doble arquivolta ricamente decorada con formas vegetales y un sobrearco poblado de roleos. Bajo unos cimacios igualmente llenos de frondosa vegetación, encontramos unos interesantes capiteles. Destaca el capitel exterior del lado izquierdo, decorado con unas estilizadas cardinas que giran enmarcando una piña que cuelga de la esquina central.
El resto del edificio muestra en su exterior el perfil, esbelto y elevado, característico de las iglesias de finales del siglo XV e inicios del XVI.
La portada
Una vez atravesado el gran pórtico que flanquea el lado sur del templo, llegamos a la sobria portada que nos da acceso al interior. Se trata de una obra sencilla de una cronología cercana a finales del XII o principios del XIII. En todo caso, no guarda relación alguna con los talleres que trabajaron en los ventanales de la cabecera, algo que en absoluto debe sorprendernos, ya que es un hecho muy habitual en el románico del territorio. Tres de las cuatro arquivoltas que la componen son lisas, sin decoración escultórica, y la última de ellas tiene una cadeneta de escaso volumen. El sobrearco, parcialmente estropeado, está recorrido por una sucesión de medias bolas. Las columnas que se suceden a ambos lados de la portada están rematadas por unos capiteles de gran sencillez en los que aparecen rostros con tocados y peinados a la moda del momento.
El interior
Ya en el interior, las magníficas bóvedas de perfiles góticos dominan la visión. Una inscripción en letras góticas ubicada en el ábside nos informa de que el edificio se terminó en el año 1511 bajo el impulso de “Martiniz Abad”. Se trata de una iglesia de planta de salón amplia e iluminada por ventanales y óculos de tradición gótica. Merece la pena destacar la calidad de las claves, también de comienzos del siglo XVI, entre las que sobresale la imagen de la Asunción de la Virgen y una escena de la Trinidad.
Los nervios de las espectaculares bóvedas que cubren la Iglesia forman en el primero de los tramos un cuadrado, mientras que la bóveda del presbiterio tiene una forma de media estrella. El edificio sufrió un completo maestreo a principios del siglo XIX, uniformando el templo bajo una apariencia clasicista.
La cabecera
Al fondo del presbiterio, podemos ver reubicadas las estatuas-columna que anteriormente estuvieron flanqueando el ventanal románico desde el exterior. Estas dos figuras se han interpretado como una posible Anunciación, aunque también hay quien sostiene que en realidad podrían tratarse de Moisés acompañado por su hermano Aarón.
La riqueza artística que acumula la Iglesia de Lasarte puede apreciarse en otras piezas como la interesante pila bautismal de época medieval o el contemporáneo mobiliario litúrgico realizado por el artista Néstor Basterretxea.
Créditos fotográficos:
De las fotografías actuales: © Alava Medieval / Erdi Aroko Araba.
De las fotografías antiguas: Archivo del Territorio Histórico de Álava / Colección Fotográfica de Federico Baraibar y Lorenzo Elorza, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.