Ermita de Nuestra Señora de Elizmendi en Kontrasta
Introducción
La ermita de Elizmendi se ubica en un promontorio a las afueras de la localidad de Kontrasta y es el único vestigio que queda en pie de la antigua aldea de Arana, antes de que fuese promovida a villa y cambiase su nombre. Desde este estratégico enclave se divisa todo el valle de Arana y la frontera con Navarra, dominando un paisaje natural e histórico único. El primer rastro documental que tenemos de esta ermita es una donación datada en 1203 en la que doña Sancha Pedriz de Uztuniga dona las tres cuartas partes de una iglesia privada que tenía en Elizmendi junto con varias casas y solares de su propiedad al navarro monasterio de Irache. Posiblemente se trate de la misma ermita que hoy en día todavía queda en pie y cuya fecha de construcción, difícil de precisar, probablemente se sitúe alrededor del siglo XI. La antigüedad de su ábside y sus extraños modillones hacen que nos encontremos ante una de las iglesias más arcaicas que quedan en pie en Álava.
Imágenes 360º
Las lápidas romanas
En la zona sur del ábside, pero también por el resto de los muros de la ermita, se concentran una serie de lápidas romanas reaprovechadas que se aprecian a simple vista. Utilizadas como material constructivo, dichas lápidas son una fuente de información muy importante para conocer algunos datos de las personas a las que pertenecieron. En ellas aparecen nombres propios, como Minicius Florus, Anica Flori, (posible esclava del anterior), Araica (antropónimo de origen eusquérico), etc. Además, en ocasiones se puede leer incluso la fecha de su fallecimiento, siendo el más joven el niño Cantabro, que murió a la tierna edad de nueve años. Otro aspecto relevante de estas tumbas es su iconografía. En ellas vemos los clásicos motivos funerarios romanos: espirales, el sol y la luna, vides e incluso podemos contemplar una pareja de personajes que representan a los difuntos de forma esquemática.
Fotografías antiguas
La ermita de Elizmendi es un caso de templo anclado en el tiempo, que no ha tenido grandes transformaciones ni reformas en los últimos siglos, a excepción de una intervención de urgencia por el deterioro de las bóvedas en el año 1933. Lamentablemente, no se conserva ninguna imagen previa a esta reestructuración. A pesar de que de su fábrica original sólo haya sobrevivido el ábside, ya que la nave está muy intervenida, se mantiene sin apenas variaciones desde entonces. En las fotografías antiguas se percibe su característica fisionomía, aunque a mediados del siglo XX se aprecia cómo remataron los sillares aplicando mortero entre ellos. En el interior, el retablo barroco que corona la cabecera no presenta grandes cambios, si bien en la actualidad su deterioro es manifiesto debido a los xilófagos que están atacando la estructura de madera.
La ermita
Exterior
El ábside semicircular de la ermita de Elizmendi es la zona más llamativa del exterior del templo. De escasa altura y edificado a base de sillares bien labrados de gran tamaño, destaca por su estilo constructivo antiguo, lo cual nos permite ubicar su fábrica en el siglo XI o incluso en un momento ligeramente anterior. La ventana absidial, apenas una aspillera que permitía la entrada de luz, todavía se intuye entre dos sillares, aunque ha sido cegada con mortero de cemento y ya no cumple su función en la actualidad. En su lugar, otra ventana, abierta hacia el sur en época más reciente, permite iluminar la cabecera.
Los modillones
Sujetando el alero del tejado encontramos una interesantísima galería de modillones. La propia forma de estas piezas es ya una característica única de esta iglesia, puesto que no encontramos otras estructuras similares en todo el territorio alavés. Se diferencian de los canecillos románicos en su propia forma, ya que presentan dos caras laterales discoideas en las que se exhibe su iconografía. Los motivos decorativos principales son de carácter geométrico y se basan en su mayoría en elementos circulares. Entre ellos encontramos estrellas, flores de seis pétalos, espirales, ruedas, cruces, asteriscos…
El retablo mayor ocupa la cuenca absidial. Se trata de un retablo de tipo churrigueresco con columnas salomónicas y completamente dorado. La figura principal es una Virgen con el Niño del siglo XVI que se encuentra flanqueada por esculturas de pequeño tamaño de san Lorenzo, que porta la parrilla con la que fue martirizado, y san Roque, vestido de peregrino y mostrando la llaga de su pierna.
LOCALIZACIÓN
Créditos fotográficos:
De las fotografías actuales: © Ondare Irekia / Patrimonio Abierto.