Iglesia de San Vicente Mártir de Miñano Menor/Miñao Gutxia

Introducción

Miñano Menor/Miñao Gutxia es una pequeña localidad que se encuentra a poco más de 10 kilómetros de Vitoria-Gasteiz, en dirección al embalse de Uribarri Ganboa. Su existencia está documentada desde 1025, ya que aparece mencionada en la Reja de San Millán, y en el Museo de Arqueología Bibat se conservan dos hachas de hierro y algunos restos humanos que coinciden con este período. Sin embargo, la iglesia se corresponde con una etapa constructiva posterior, una de cuyas fases principales puede fecharse hacia finales del siglo XII. Durante este momento histórico, Miñano Menor debió contar con la presencia de importantes familias que dieron impulso a la construcción del templo, si bien para finales del siglo XIII una serie de aportaciones económicas a las campañas bélicas para la conquista de Tarifa permiten deducir que se hallaba en una situación sensiblemente más empobrecida con respecto a su vecina Miñano Mayor. De este modo, entrará en una fase de lenta decadencia que impidió acometer grandes reformas en la fábrica, lo que, a la postre, ha permitido que se conservase su estructura original casi intacta.

Imágenes 360º

Las pinturas

Cuando comenzaron los primeros estudios de Raquel Sáenz Pascual sobre la pintura medieval de Álava, la autora pronto advirtió las posibilidades de esta iglesia. El paso del tiempo había hecho que los múltiples encalados de la iglesia de Miñano Menor, bien documentados, se fuesen desprendiendo hasta dejar a la vista, de manera muy parcial, las pinturas que originalmente decoraron las bóvedas del presbiterio.

La restauración

La fortuna ha hecho que la iglesia haya pasado a manos del concejo de Miñano Menor en el año 2022, permitiendo la puesta en marcha de unas campañas de restauración (impulsadas por la empresa Ártyco con el apoyo del Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava) que han sacado a la luz tanto las pinturas de la bóveda del presbiterio como aquellas que decoran la bóveda de crucería. Las pinturas del presbiterio presentan una cuadrícula formada por sillares en la que cada una de las piezas ha sido decorada con un motivo distinto. En este insólito casillero podemos ver cruces flordelisadas, escudos, leones rampantes, castillos, flores de lis, rostros, árboles, formas vegetales, estrellas, figuras geométricas, caprichos formales de difícil identificación, etc.

La mayor parte de las pinturas que hoy en día son visibles se realizaron empleando pigmentos ocres sobre una fina lechada de cal. Posteriormente, en el siglo XVI, todas las bóvedas se pincelaron con una capa de gran riqueza de la que destacan unos tondos con las figuras de los evangelistas.

En el año 2025 se inició la restauración de las pinturas del tramo de la bóveda de crucería. Allí apareció de nuevo un despiece de sillares, pero que en esta ocasión se decoraba con estrellas. También se pudo constatar un cambio en la técnica del mortero empleado, ya que presentaba grandes cantidades de fibras semejantes a la estopa. Esto hace sospechar que la decoración de este tramo fue ligeramente posterior a la de la bóveda del presbiterio, aunque formando parte de un mismo proyecto decorativo.

Fotografías antiguas

La pasión por el románico que siempre tuvo Gerardo López de Guereñu le llevó a sacar unas interesantes fotografías de la iglesia de Miñano Menor. Como no podía ser de otro modo, el magnífico ventanal del muro sur captó su atención, pero también se mostró interesado por una credencia doble de aspecto románico que parecía asomarse en los muros del presbiterio. Actuaciones posteriores la han sacado a la luz, confirmando las sospechas del etnógrafo vitoriano. También fotografió el magnífico Cristo gótico que, en la década de los años sesenta, se ubicaba bajo un dosel en muro sur de la iglesia. Lamentablemente, en la actualidad esta obra del siglo XIV se encuentra perdida y de ella no nos quedan más que las fotografías y las descripciones que se hacen en ciertos documentos de la parroquia.

La iglesia

Exterior

El exterior del edificio nos muestra los perfiles característicos de una iglesia románica alavesa, con una sola nave y la cabecera recta. Las decoraciones de las iglesias nos hablan no sólo de su pasado, de la riqueza o modestia con la que se levantaron, sino que también aportan información sobre las conexiones que tenían y las áreas geográficas a las que pertenecían. El caso de Miñano Menor es muy claro ya que, pese a estar ubicado en las inmediaciones de la Llanada, lo cierto es que los talleres que trabajaron en la decoración escultórica guardan estrecha relación con los de Kuartango o Urkabustaiz.

Exterior del ábside

El muro sur conserva una rica e interesante colección de ocho canecillos decorados. Comenzando por el este, vemos dos figuras abrazadas y con las piernas entrecruzadas como si estuvieran luchando. El siguiente, muestra una decoración de cesteado, esquema que se replica en el último de ellos. También encontramos repetido el siguiente, compuesto por cuatro bolas recorridas por círculos concéntricos. Aparecen dos animales monstruosos, uno de ellos con los dientes afilados y otro sosteniendo una presa en su boca.

Pero quizá lo más notable del exterior de esta iglesia, desde un punto de vista escultórico, sea su ventanal románico. Se trata de un gran vano compuesto por tres arquivoltas ricamente decoradas con motivos vegetales y un elegante sobrearco esculpido con el característico ajedrezado jaqués. Este mismo recurso lo vemos también en los cimacios que se apoyan sobre los capiteles. Con respecto a estos, los más interesantes sin duda alguna son los que se encuentran más hacia el exterior. En ellos vemos los rostros de dos mujeres con el tocado y el barbuquejo a la moda de los siglos XII-XIII. El de la izquierda, pese a su esquematismo, muestra una faz joven, mientras que el de la derecha parece casi el retrato de una mujer de edad avanzada. Dos magníficos ejemplos de cómo querían ser vistas las comitentes de estos edificios.

Cuando se construyó en el siglo XVIII la pequeña torre-campanario que está adosada al muro este, se ocultó el ventanal románico que daba luz al presbiterio. Los restos conservados de la vertiente exterior de este vano se encuentran en la actualidad en el Museo Diocesano de Arte Sacro de Vitoria-Gasteiz. Al igual que el del flanco sur, cuenta con tres arquivoltas y un sobrearco, si bien las decoraciones difieren ligeramente, mantienen los modelos característicos de estos talleres.
El interior

El acceso al templo se realiza a través de una portada gótica, claramente posterior a la mayor parte del edificio. La iglesia cuenta con una sola nave que se cubre con una buena bóveda de cañón apuntada. Lo más interesante, tal vez, sea la amplia bóveda de crucería que se eleva en la parte central de la nave, inmediatamente después del presbiterio. Se compone de unos gruesos arcos que culminan en una clave en forma de flor, flanqueados por dos sólidos arcos fajones. Los arcos formeros de los muros norte y sur se apoyan sobre unas ménsulas en las que vemos de nuevo los bustos de damas y, esta vez también, de nobles, que con sus manos simulan sostener el peso de los nervios.

No sería extraño sospechar que esta iglesia, en sus planes iniciales, se concibiera con un crucero, al estilo de lo que podemos ver en Estíbaliz. Sin embargo, es fácil comprobar que las obras debieron quedar interrumpidas, dada la sencillez con la que se finaliza el tramo de los pies, en el que incluso se emplea una piedra distinta. Todo ello nos habla del magnífico impulso constructivo que tuvo esta iglesia a finales del siglo XII, tal vez de la mano de las mujeres que vemos en el ventanal sur, pero que por motivos que desconocemos quedó inacabada y se completó, siglos después, de manera mucho menos lustrosa.
En el presbiterio de la iglesia aparecen dos credencias enfrentadas, abiertas en épocas distintas. La más interesante es la del muro norte, coetánea a la construcción inicial de la iglesia, formada por una doble arquería de medio punto. También en este espacio se conservan los ventanales románicos, algo más estrechos que su vertiente exterior, ya que se articulan por medio de dos arquivoltas más sobrearco.
Ambos ventanales constituyen un magnífico ejemplo de la riqueza del repertorio ornamental que manejaban estos talleres. Los baquetones sogueados, las impostas de hojas lanceoladas y, sobre todo, el sobrearco recorrido por estrellas de ocho puntas, demuestran el empeño escultórico que concentró este templo en su fase constructiva más temprana.

LOCALIZACIÓN

Créditos fotográficos:

De las fotografías actuales: © Ondare Irekia / Patrimonio Abierto.
De las fotografías antiguas: Photo Araba.

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