Iglesia de San Andrés Apóstol de Legarda

ÍNDICE

  • Introducción
  • Vídeo
  • Imágenes 360º
  • La torre románica
  • Fotografías antiguas
  • Sobre la iglesia
  • Localización

Introducción

Legarda es una localidad cercana a Vitoria-Gasteiz situada en la falda del puerto de Arrato. Las primeras noticias que tenemos de este enclave datan de inicios del siglo XII, del documento de la Reja de San Millán, donde aparece bajo el mismo nombre que el actual, por lo que no ha experimentado cambios en su toponimia a lo largo de los siglos. En 1556 pertenecía al señorío de Iñigo Hurtado de Salcedo, siendo desde entonces territorio señorial. En 1664 el rey Felipe IV concedió al señor de Legarda el título de Marqués. Además de la iglesia parroquial, bajo la advocación de San Andrés, la localidad contó con tres ermitas dedicadas a San Roque, San Antón y la Inmaculada Concepción, de las cuales sólo sobrevive la segunda.

Vídeo

Imágenes 360º

La torre románica de Legarda

Existen a día de hoy muy pocos campanarios de origen románico en territorio alavés. Sin duda alguna los hubo, aunque la fórmula más habitual para alojar las campanas en la Edad Media, al menos por los vestigios que nos quedan, tuvo que ser la espadaña. Generalmente ubicada a los pies de la iglesia, ésta podía colocarse como una prolongación del muro oeste o en el sur, cerca de la puerta de entrada. El campanario románico de Legarda se encuentra directamente sobre el último tramo de bóveda y, para sostenerlo, hacia el interior vemos unos gruesos nervios que se cruzan formando una sólida estructura capaz de aguantar el peso. Sin embargo, los estragos del tiempo han hecho que la torre haya perdido su cubierta, permitiendo que el agua formase humedades y goteras que poco a poco han ido perjudicando la torre y las bóvedas del interior. A pesar de su estado de abandono, sigue siendo uno de los casos más representativos de torre románica en nuestro territorio.

Fotografías antiguas

En las fotografías del siglo XX de la iglesia de Legarda se aprecia, a simple vista, un mejor estado general del edificio, por lo que su decadencia y sus problemas de humedad se han ido gestando en las últimas décadas. En torno a los años cincuenta, momento de la toma de las imágenes, la torre todavía tenía tejado y además conservaba todas las piezas que se han ido cayendo con posterioridad. No contamos con fotografías generales del interior, pero sí que disponemos de algunas que nos muestran en detalle una serie de pinturas sobre tabla datadas en el siglo XVI. Se encontraban algo deterioradas pero eran de buena calidad y colgaban de los muros del templo. En ese conjunto vemos escenas como la Visitación, la Adoración de los Magos, la Vocación de San Pedro y San Andrés, y San Andrés apresado ante el gobernador. Todo indica que se trata de los restos del primitivo retablo de la iglesia, desmantelado por orden del visitador en el siglo XVIII. Hoy en día se desconoce el destino que sufrieron aquellas pinturas.

La iglesia de San Andrés Apóstol

Exterior

La iglesia de San Andrés de Legarda queda parcialmente camuflada por las construcciones adosadas a su alrededor. Todo el muro sur queda casi oculto por la casa cural y el pórtico cerrado, por lo que no se puede ver el acceso a la iglesia. Lo más destacable hacia el exterior, además del volumen de la torre románica, es la línea de canecillos lisos y los restos de un óculo cegado en la cabecera, con una tracería gótica, que nos informa de una ampliación de esta zona en el siglo XV que es más evidente hacia el interior.

Una vez en el pórtico, contemplamos la puerta de la iglesia, muy sencilla y sin decoración. Este tipo de acceso recuerda más a las portadas de los edificios civiles que a las de los religiosos. Sabemos que en torno a los siglos XIV-XV reemplazó a la portada románica original, que se desmanteló por completo. En el umbral encontramos una tabla donde se puede leer: “Alabado sea el Santisimo Sacramento y Maria Santisima concebida sin pecado original”. Se trata de una tabla descontextualizada posiblemente perteneciente a un monumento o un retablo efímero del siglo XIX.

El interior

En el interior, en la actualidad, llama la atención el mal estado general del edificio debido a los problemas causados por la humedad. En la zona de los pies se ubica la pila bautismal, románica, con la copa lisa sostenida por cuatro columnas. En esa zona se aprecia el rascado de los muros, obra que se empezó a ejecutar unas décadas atrás hasta que pararon al percatarse de que había por toda la iglesia pinturas de origen medieval. Hoy en día, el encalado no deja contemplarlas en todo su esplendor, pero una serie de catas realizadas por todo el templo en los años noventa nos permite adivinar algunos detalles y motivos decorativos.

Las pinturas medievales

Se trata de un tipo de pintura mural sencilla, realizada en almagre o color rojo sobre el blanco del muro encalado. Este tipo de cubrimiento pictórico tuvo mucha presencia en territorio alavés. Sobre una base de despiece de sillares en color rojo se vislumbran otros motivos decorativos de carácter geométrico, como un friso de líneas en zigzag que recorren la parte superior de las bóvedas de cañón apuntadas, la parte alta de las cornisas y otras zonas con elementos arquitectónicos de interés. Por ejemplo, la encontramos enmarcando la zona donde estuvo la primitiva portada románica o el lugar en el que estaba la credencia, en la actualidad tapada por el cemento. También sobresale una curiosa línea a media altura en el muro norte en la que asoman motivos circulares como ruedas y espirales.

La primitiva cabecera románica fue desmantelada en el siglo XV para realizar una ampliación gótica. Allí comprobamos cómo el estilo pictórico cambia. Sigue habiendo un despiece, pero en esta ocasión se realiza según la costumbre de la época, pintando el fondo de color gris (grisalla) y realizando las separaciones de los falsos sillares en blanco. Ambos estilos, el rojo y el gris, convivieron en el tiempo hasta que se encalaron de nuevo todos los muros siglos más tarde. En las dos capillas laterales, cuyas bóvedas son de arco de medio punto, se pintaron unas falsas bóvedas de terceletes de estilo gótico que se pueden apreciar casi por completo.

La misma estrategia de bóvedas góticas pintadas, algo más complejas, se siguió en la sacristía, donde además vemos, en uno de los muros, una cata que dejó a la luz parte de un Cristo crucificado también ejecutado en grisalla. Esta pintura está oculta en parte por un retablito barroco con fondo de ciudad que acoge un calvario posterior.

Gran parte del arte mueble de la iglesia ha desaparecido, como el coro o las tablas del antiguo retablo renacentista. En la cabecera, sin embargo, sobrevive el retablo del siglo XVIII, realizado en estilo rococó y pintado en blanco y dorado. En él vemos las figuras de San Andrés, patrono del templo, rodeado por San Pedro y San Pablo. En lo alto destaca el calvario con el Espíritu Santo.

También hay dos retablos laterales anteriores, del siglo XVII, dedicados a la Virgen del Rosario y a San Sebastián. En lo alto de ambos hay pequeñas tablas pintadas, en las que se representan un Cristo con la cruz a cuestas y un calvario, respectivamente.

Además de los retablos, encontramos dos figuras exentas de San Antón, una de ellas de estilo gótico y otra barroca. Casi con total seguridad proceden de la ermita del mismo nombre que todavía se conserva en la localidad.

LOCALIZACIÓN

Créditos fotográficos:

De las fotografías actuales: © Ondare Irekia | Patrimonio Abierto

De las fotografías antiguas: Archivo del Territorio Histórico de Álava.

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